Antes de la batalla de Lutzen, en la que ochenta mil austriacos fueron derrotados por treinta y cinco mil prusianos a las órdenes de Federico el Grande, este monarca ordenó a sus oficiales que guardaran silencio y que le prestaran atención; y se dirigió a ellos de la manera siguiente:
“Mañana tendremos que presentar una ruda batalla al enemigo y en esta solemne ocasión se decidirá cuál ha de ser el porvenir de los señores de Silesia, y quiero que cada uno de vosotros se interese, muy especialmente en esta ocasión, en el cumplimiento de su deber …
Sé que entre los que me escucháis no se encuentra ni uno que no esté capacitado para realizar actos de heroísmo y que al mismo tiempo todos vosotros os encontráis capacitados también para sacrificaros por el bien de vuestro rey, de vuestra patria y de vuestros propios intereses.
Yo me encontraré recorriendo mis batallones de la vanguardia a la retaguardia, de una ala a la otra; y a todo aquel que encuentre ocupado en el cumplimiento de su deber, lo llenaré de gloria y honores.”
Lerin, A. 500 ilustraciones (290).
Jesús ha dado ordenes a sus seguidores y Él espera que sus discipulos las cumplan con pasión y amor. Lo estas haciedno hoy?
Observen mis decretos, y tengan reverencia por mi santuario. Yo soy el Señor. Levítico 19:30
Tú, por el contrario, sé prudente en todas las circunstancias, soporta los sufrimientos, dedícate a la evangelización; cumple con los deberes de tu ministerio. 1 Timoteo 4:5